Teoría del Big Bang:
La teoría de la gran
explosión, mejor conocida como la teoría del Big Bang, es la más
popular y aceptada en la actualidad. Esta teoría, a partir de una serie de
soluciones de ecuaciones de relatividad general, supone que hace entre
unos 14 000 y 15 000 millones de años, toda la materia del universo (lo cual
incluye al universo mismo) estaba concentrada en una zona extraordinariamente
pequeña, hasta que explotó en un violento evento a partir del cual comenzó a
expandirse.
Toda esa materia, comprimida y
contenida en un único lugar, fue impulsada tras la explosión, comenzó a
expandirse y se acumuló en diversos puntos. En esa expansión, la materia se fue
agrupando y acumulando para dar lugar a las primeras estrellas y galaxias,
formando así lo que conocemos como el universo.
Teoría inflacionaria:
Junto a la que acabamos de ver,
esta es otra de las más aceptadas y mejor fundamentadas. La teoría de inflación
cósmica, popularmente conocida como la teoría inflacionaria, formulada por el
gran cosmólogo y físico teórico norteamericano Alan Guth, intenta explicar los
primeros instantes del universo basándose en estudios sobre campos
gravitatorios fortísimos, como los que hay cerca de un agujero negro.
Esta teoría supone que una
fuerza única se dividió en las cuatro que ahora conocemos (las cuatro fuerzas
fundamentales del universo: gravitatoria, electromagnética, nuclear fuerte y
nuclear débil), provocando el origen del universo. El empuje inicial duró
un tiempo prácticamente inapreciable, pero fue tan violenta que, aún cuando la
atracción de la gravedad frena las galaxias, el universo todavía crece y
absolutamente todo en el universo está en constante movimiento.
Teoría del estado estacionario:
La teoría del estado
estacionario se opone a la tesis de un universo evolucionario. Los
seguidores de esta teoría consideran que el universo es una entidad que no
tiene principio ni fin: no tiene principio porque no comenzó con una gran
explosión ni se colapsará en un futuro lejano, para volver a nacer.
El impulsor de esta idea fue el
astrónomo inglés Edward Milne y según ella, los datos recabados por la
observación de un objeto ubicado a millones de años luz, deben ser idénticos a
los obtenidos en la observación de la Vía Láctea desde la misma
distancia. Milne llamó a su tesis principio cosmológico.
En 1948, algunos astrónomos
retomaron este principio y le añadieron nuevos conceptos, como el principio
cosmológico perfecto. Este establece, en primer lugar, que el universo no tiene
un génesis ni un final, ya que la materia interestelar siempre ha existido y en
segundo término, que el aspecto general del universo no solo es idéntico en el
espacio sino también en el tiempo.
Teoría del universo oscilante:
La teoría del universo
oscilante sostiene que nuestro universo sería el último de muchos surgidos
en el pasado, luego de sucesivas explosiones y contracciones.
El momento en que el universo se
desploma sobre sí mismo atraído por su propia gravedad es conocido como Big
Crunch, marcaría el fin de nuestro universo y el nacimiento de otro
nuevo.
Esta teoría fue planteada por el
profesor Paul Steinhardt, profesor de física teórica en la Universidad de
Princeton.
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